lunes, 24 de agosto de 2009



Beatríz Palmieri, inspirada creadora plástica, posee una paleta amplia en la que predominan los colores claros y efectivos, sin llegar a abandonar los más densos u opacos.
Dota de esa manera a sus telas de cierta luminosidad o de un contraste que trasciende, misteriosa y poéticamente, al espectador. Es decir, crea el clima específico que requiere la idea central de su inspiración.
Sus cuadros son siempre imaginativos en cuanto a la idea primigenia que la creadora trabaja con minuciosidad.
Eso quiere decir que Beatríz Palmieri piensa sus temas detenidamente, no copia modelos específicos, transporta la idea que le dicta sus sensibilidad, amparada por una imaginación siempre efectiva. Su obra, cobra en consecuencia, un vuelo impactante que va más allá de las formas expuestas.
Utiliza en sus trazos línea verticales, horizontales u oblicuas, que parecen encerrar a los elementos centrales de la obra, que no obstante dada su mágica esencia (mezcla de ensueño y realidad, de poesía y misticismo), surgen de esa especie de limitación con luz propia.
La imaginación, elemento primordial para todo creador, está presente en cada uno de los trabajos de la pintora, que ofrece, en consecuencia, una renovación temática, que no desconcierta y que por el contrario atrae, manteniendo el interés de quien la contempla.
David Cureses
Escritor, periodista, director teatral
Becado por el Fondo Nacional de las Artes




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