Beatriz Palmieri

DATOS PERSONALES

BEATRIZ PALMIERI Pintora Argentina, nació en Buenos Aires. Estudia en el taller de Rubén Julio Casaretto. 1977 a 1988- Realiza estudios de taller. 1993-Egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Prilidiano Pueyrredón. 1997-Egresa de la Escuela Superior de Bellas Artes, Ernesto de la Cárcova, en la cátedra del profesor Julio Racioppi. 1995 a 1997- realiza estudios de postgrado en la E.S.B.A. como: “Estudio y técnica de materiales”,”Taller de Inteligencia Creativa”, pintura Mural, Cerámica escultórica, Telar. Se desempeña como docente de Arte Trabaja en su taller desde 1997.

Beatriz Palmieri por David Cureses

Inspirada creadora plástica, posee una paleta amplia en la que predominan los colores claros y efectivos, sin llegar a abandonar los más densos u opacos.

Dota de esa manera a sus telas de cierta luminosidad o de un contraste que trasciende, misteriosa y poéticamente, al espectador. Es decir crea el clima específico que requiere la idea central de su inspiración.

sus cuadros son siempre imaginativos en cuanto a la idea primigenia que la creadora trabaja con minuciosidad.

Esto quiere decir que Beatriz Palmieri, piensa sus temas detenidamente, no copia modelos específicos, transporta la idea que le dicta su sensibilidad, amparada por una imaginación siempre efectiva. Su obra, cobra en consecuencia, un vuelo impactante que va mas allá de las formas expuestas.

Utiliza en sus trazos líneas verticales, horizontales u oblicuas, que parecen encerrar a los elementos centrales de la obra, que no obstante dada su mágica esencia-mezcla de ensueño y realidad, de poesía y misticismo- surgen de esa especie de limitación, con luz propia.

La imaginación, el elemento primordial para todo creador, está presente en cada uno de los trabajos de la pintora, que ofrece, en consecuencia, una renovación temática, que no desconcierta y que por el contrario atrae, manteniendo el interés de quien la contempla.

David Cureses

escritor, periodista, director

teatral-becado por el Fondo Nacional

de las Artes

La plástica de Beatriz Palmieri por Tito Alvarado

Valoraciones y poemas para acompañar, día 4 del XIV Festival Palabra en el mundo
La plástica de Beatriz Palmieri
Fue un día de marzo del 2017, desde Barracas, llegamos a casa de Beatriz, unas cuantas estaciones más allá, me gusta andar en tren, por ello imagino algo que con seguridad no fue así, entiendo que junto a Marcelo, su compañero de vida, nos fueron a buscar. Mi peregrinación de poeta itinerante nos había llevado, a Raquel y a mi, hasta Buenos Aires. Beatriz Palmieri nos permitió pasear nuestra curiosidad por su taller-estudio: cuadros terminados, otros a medio camino, un relativo desorden del proceso creativo, allí estaba lo imaginado por la artista, van sus manos a los pinceles delicadamente untados de materia colorida y en trazos airados, delicados, temblorosos, dolientes, esperanzados y rebeldes llega a la tela y se va formado aquello que comunica directo al sentir.
Es la técnica de la ira con la misión de ser umbral, por donde pueda pasar toda persona, pero solo algunos vuelven renovados, con un sentir profundo.
Desde su pequeño palacio de las artes, me vuelo hasta el Louvre de Paris, el Hermitage de Leningrado (poco importa que unos perejiles le hayan cambiado el nombre a la ciudad, sigue siendo la que resistió tres años el acoso alemán durante la segunda), el museo de Bellas Artes de México o la bienal de La Habana, lugares en que si no hemos estado en cuerpo, ha sido por lo menos en alma. El arte de esta artista de la plástica y los sueños en proceso de ser realidades, nada debe envidiarle a lo que en esos lares se muestra.
Beatriz Palmieri tiene la magia de mostrar lo universal sin dejar de lado lo local, quizá solo le falte un poco más de tiempo disponible para dedicarlo al desarrollo de su arte, la verdad de la milanesa es que en las condiciones en que cada uno de nosotros desarrolla lo suyo, no es fácil, hay que aportar a la casa, y nosotros, los estrellados, que trabajamos sin una buena estrella, perdemos tiempo en los menesteres de la sobre vivencia. Por una porfía o una suerte, ella trabaja de profesora de artes plásticas, es una suerte a medias, pues el salario hace mucho tiempo que dejó de ser un salario ético, espero que con la escoba nueva en el palacio rosado, barran el lastre anterior y se atrevan a invertir en la formación y en el arte.
¿Cómo puede un poeta hablar de una obra que nadie está viendo? ¿es asunto de decir palabras de buen sentido? A lo primero digo que es cosa de cerrar los ojos y traer al presente las impresiones que ante algunas de sus obras me formé, a la segunda pregunta respondo que todo es asunto de ética. Comunicar el sentir es un asunto de ética revolucionaria, cuando muchos prefieren decir solo lo que conviene. Desde la distancia en que siempre estoy, dejo estas palabras. La tremenda artista que es, puede ser mucho más, solo es asunto de continuar el trabajo, la marcha, sin nunca dejar de ser y hacer.